
El ejército israelí asaltó los seis barcos y más de 750 personas que pretendían romper el bloqueo israelí a la franja de Gaza con 10 mil toneladas de ayuda humanitaria, lo que causó la muerte de nueve activistas y decenas de heridos aún sin determinar, aunque podrían ser entre 30 y 60, según medios locales.
El asalto se llevó a cabo por miembros de una unidad de elite en aguas internacionales, a unas veinte millas de la franja palestina.
Israel ha remolcado al puerto de Ashdod, al sur de Tel Aviv, todas las embarcaciones de la flotilla y a sus pasajeros en condición de arresto, aunque algunos se han encerrado en sus cabinas y rehúsan entregarse.
Vergüenza. El embajador palestino, Riyad Mansour, pidió al Consejo de Seguridad “una reacción cotundente para hacer a Israel responsable al mismo nivel que el crimen que ha cometido en alta mar”, aunque al cierre de esta edición todo parecía indica que Estados Unidos, una vez más, iba a vetar una condena a su aliado israelí, pese a que el gobierno de Barack Obama mostró su “preocupación por el incidente”.
Las trágicas consecuencias del asalto han desencadenado una ola de protestas y condenas en la comunidad internacional y han obligado al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, a suspender la entrevista que tenía programada para hoy en Washington con el presidente Barack Obama, y regresar en las próximas horas a Israel.
Por su parte, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás, ha decretado tres días de luto en respuesta a un ataque cuyas consecuencias calificó de “masacre”.
“País de piratas”. Israel llevaba días preparando el asalto a la flotilla para hacer cumplir el bloqueo por tierra, mar y aire que impuso a Gaza hace tres años, los mismos que gobierna en la franja palestina el movimiento islamista Hamas.
Desde entonces, Israel impide el libre acceso de bienes de consumo, materiales de construcción y todo tipo de productos básicos y medicamentos, lo que impulsaba la acción humanitaria de la “Flotilla de la Libertad”.
El jefe de Gobierno en Gaza, Ismail Haniye, calificó el ataque como “brutal” y pidió a la comunidad internacional que ponga fin “al mayor país de piratas”.
NUEVAMENTE Estados Unidos, una vez más, iba a vetar una condena a su aliado israelí, pese a que el gobierno de Barack Obama mostró su “preocupación por el incidente”.
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