"Queremos negociaciones directas sin condiciones previas y estamos dispuestos a comenzarlas. Pero que los palestinos renuncien a su actitud de rechazo".
Además que Netanyahu se declaró dispuesto el 23 de septiembre a reunirse con el presidente de la Autoridad Palestina Mahmud Abas, al margen de la Asamblea General de la ONU o incluso que estaba listo a "viajar a Ramalá o reunirse en Jerusalén", pero siempre recibió una respuesta negativa.
El viernes, Panetta declaró que Israel necesita "impulsar esfuerzos para alcanzar la paz con los palestinos".
Interrogado sobre lo que este país debía hacer concretamente, Panetta respondió: "Solo vuelve a la maldita mesa de negociaciones. El problema que tenemos ahora es que no podemos hacer que regresen a la maldita mesa de negociaciones".
El 23 de septiembre, unas horas después de que se presentara un pedido de adhesión a la ONU para un Estado de Palestina, el Cuarteto propuso un plan para reanudar las negociaciones de paz israelo-palestinas, en un punto muerto desde hace más de un año.
La propuesta preveía reanudar el diálogo en un mes y la conclusión de un acuerdo de paz en un año. Israel y los Palestinos recibieron más o menos favorablemente la propuesta, pero cada uno la interpretó como una validación de sus reivindicaciones.
Israel dice estar dispuesto a reanudar negociaciones sin condiciones previas, pero rechaza congelar la colonización como lo exigen los palestinos.
El Cuarteto, en un reflejo neocolonialista, amenazó con que el gran patrón podría dejar de contribuir a la UNESCO. ¡Qué vergüenza, pobladores, es vuestra culpa! La amenaza rechina en los oídos, tan diferente de la música que emerge del movimiento de los ocupantes de Wall Street y sus movimientos hermanos.
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