El canciller José Antonio García Belaunde anunció ayer que el gobierno peruano de Alan García Pérez ha expresado su reconocimiento al Estado Palestino, lo cual constituye una buena noticia. A renglón seguido, el titular de Torre Tagle aclaró que la decisión no afecta las relaciones con Israel, ya que desde la década de 1940 la posición del Perú fue la de reconocer el Estado palestino y el Estado hebreo.
Sin embargo, han pasado 71 años desde que el Perú adoptó esa decisión, al menos declarativamente, y no la concretó hasta este año lo que habla a las claras de las dificultades que siempre existieron en Lima para no decidir un reconocimiento que es justo y equilibrado.
Esto demuestra, además, que la posición predominante en la diplomacia peruana y, también, en las políticas exteriores e internacionales peruanas fue siempre de cautela frente a Israel, la potencia dominante en Medio Oriente, que hizo prevalecer numerosas mociones de apoyo a su causa en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, sobre todo con el apoyo de su gran aliado Estados Unidos.
Eran tiempos en que la Organización de Liberación de Palestina (OLP) era denunciado como un grupo terrorista debido a las acciones armadas de baja intensidad que desarrollaba contra el Estado de Israel. Su líder, el desaparecido Yasser Arafat, era considerado un enemigo de la nación hebrea, lo que duró hasta bien entrada la década del ’90 cuando el presidente estadounidense Bill Clinton hizo el milagro de que se estrecharan las manos Arafat y el entonces primer ministro israelí Yitzak Rabin.
Rabin fue asesinado poco después por un fanático extremista israelí y las tensiones nuevamente volvieron a recrudecer, hasta el día de hoy en que Palestina es una nación dividida, arrinconada su población en la Franja de Gaza y la otra parte del territorio en Cisjordania.
Una vez que ha sido reconocida la nación palestina por el Perú, nuestro país debe apoyar con protagonismo el diálogo entre ambos Estados, que no han dejado de recelar uno de otro sobre todo por la actuación del grupo terrorista Hamas, escindido de la OLP y enemigo irreconciliable de Al Fatah, disputas que solo han traído dolor y muerte en la población palestina.
Además, hay que desarrollar vínculos reales con Palestina y, si se establece una legación diplomática peruana en territorio de esa nación, incrementar una inmigración que ya existe, para demostrar que el Perú abre sus brazos al mundo y para darle la bienvenida a una intelectualidad que es la más graneada y reconocida del mundo árabe.
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