miércoles, 25 de agosto de 2010

"Hoy el sionismo es anacrónico"


Tras crecer en movimientos juveniles de la derecha en su Argentina natal, dice que hoy se identifica “con los movimientos más radicales de la izquierda en Israel”. Desde el centro de Jerusalén, afirma: "No soy sionista". Meir Margalit es admirado por los cooperantes y activistas propalestinos, especialmente los españoles. Le consideran un referente. Al mismo tiempo, es visto con mucho recelo e incluso animadversión en su lugar de trabajo, el Ayuntamiento de Jerusalén. Algunos le consideran un traidor y cómplice de los que ponen en duda o niegan a Israel el derecho de existencia. “Un concejal del Likud me llamó moser, que en la halajá es alguien sentenciado porque el grado de traición es muy elevado”, nos comenta en su despacho donde representa al partido israelí Meretz.

“Hay gente que pidió al alcalde que me echara del consejo municipal con el argumento que yo juré fidelidad a la ley del Estado de Israel y estoy haciendo acciones que atentan contra esta ley”, indica en alusión a su otro sombrero: Destacado miembro y fundador en el 97 del Comité Israelí contra la Demolición de Casas.

El alcalde, Nir Barkat, afirmó a este periodista que las casas construidas ilegalmente deben ser destruidas “sean de judíos o árabes” mientras en su entorno se critica a Margalit que reconstruye dichas casas en Jerusalén Este con la ayuda económica del Gobierno español. Margalit sostiene que “según la ley israelí, la construcción de esas casas en Jerusalén Este fue hecha de forma ilegal pero según el derecho internacional, la ocupación es ilegal. Cuando tú no le das a la gente la posibilidad de construir y de dar un techo a sus familias, lo más natural es construir aunque no tengas licencia. Yo haría lo mismo. La ley de Israel es muy importante pero la ley de la vida tiene más peso”.

Usted representa a Meretz que es un partido de izquierdas y sionista. Así se identifican los que le votaron en Jerusalén ¿Sabían que usted no es sionista?, le preguntamos. "Sí, nunca he ocultado mi ideología. No soy sionista y reconozco que soy un pollo raro en Meretz. Hay lugar para personas como yo y hasta ahora no me han echado. Poco a poco fui radicalizando mis ideas. Ahora me identifico con movimientos más radicales que por ejemplo el grupo Paz Ahora que es la izquierda sionista y moderada".

Usted llegó a Israel de Argentina en el 72 ¿Cuándo y dónde perdió su sionismo? “La guerra del Yom Kipur en la que participé me provocó un trauma muy fuerte. No es que me convertí en antisionista pero creo que ser sionista en estos tiempos es algo anacrónico. Es como si le preguntas a un francés si está a favor de Napoleón Bonaparte. El sionismo es un movimiento que cumplió su función histórica pero tenía que haber cerrado sus puertas y apagar la luz. El hecho que en Israel lo siga manteniendo no significa que el sionismo tenga derecho a seguir existiendo”, contesta.

Sus palabras y acciones son aplaudidas por la izquierda europea y criticadas por amplios sectores en Israel. Para la izquierda sionista, “su postura es demasiado radical” mientras la derecha le acusa de “ayudar a la campaña internacional de deslegitimación de Israel”. Margalit se rebela: “En primer lugar, no me importa lo que opinen. En segundo lugar, yo soy más patriota que ellos. Lo que hago beneficia más a Israel que sus políticas. Busco salvar a Israel de un proceso de autodestrucción que supone la ocupación de territorios palestinos. Hay que devolverle la conciencia que tenía en su momento”.

Perdone- le decimos-sus actividades tienen eco principalmente en el extranjero como forma de presión pero estará de acuerdo conmigo que hay pocos países tan controlados y presionados por la opinión pública mundial como Israel. “Mi política en este caso es más de lo mismo. Seguir presionando para denunciar la política que viola el derecho internacional", responde.

Su solución del conflicto pasa “a corto plazo por dos Estados pero no porque me guste la idea sino porque es lo que los palestinos desean ahora y yo respeto la posición palestina. Mi utopía es una Federación que puede ser binacional, cuatrinacional. En primera instancia, israelíes, palestinos y jordanos”. Ironiza sobre las encuestas que indican que la mayoría de israelíes apoyan la creación de un Estado palestino: “Netanyahu también está favor de los Estados...el problema es que hace mucho tiempo que los israelíes desean la paz pero no están dispuestos a pagar el precio. Cuando me dicen que no hay socio para la paz trato de convencerles que no es cierto y que los palestinos dicen exactamente lo mismo de nosotros”.

Pese a su discurso, Margalit no es un entusiasta de los boicots que organizan movimientos propalestinos. “En términos generales apoyo el boicot a Israel pero prefiero que sea selectivo. Es decir yo no quiero boicotear a las universidades o artistas israelíes sino sólo aquellos que se lo merecen”, confiesa antes de despedirse y volver a un camino que tiene más adeptos fuera que dentro de Israel.

No hay comentarios:

Publicar un comentario